¿Estamos ignorando a la mitad del talento disponible por no tomarnos en serio la igualdad de género?
Aunque la diversidad de género se ha convertido en un eslogan bonito para presentaciones y redes sociales, lo cierto es que muchas compañías siguen replicando estructuras masculinizadas, cerradas y poco receptivas al cambio. Y el precio de esa inercia no se mide solo en reputación: se mide en innovación perdida, rotación de personal, y oportunidades de negocio que jamás llegan a tocar la puerta.
La brecha empieza en la entrevista (y no solo en el currículum)
En muchas startups tecnológicas, las entrevistas técnicas son el primer filtro. Lo que parece una prueba neutra, en realidad no lo es. Estudios demuestran que las mujeres candidatas reciben más interrupciones durante las entrevistas, son más cuestionadas en sus competencias técnicas y reciben menos feedback constructivo.

El entorno laboral no es hostil… hasta que lo es
Una ingeniera de software con 10 años de experiencia nos relató cómo, después de unirse a un equipo exclusivamente masculino, su opinión era sistemáticamente ignorada hasta que un compañero la repetía. Cuando decidió mencionarlo, le acusaron de “buscar problemas donde no los hay”.
La empresa no tenía protocolos ni formación en igualdad. El talento se fue. El problema se quedó.
¿Y si tu producto también tiene sesgos?
Empresas tecnológicas que trabajan con inteligencia artificial, big data o desarrollo de aplicaciones enfrentan un riesgo poco conocido: el sesgo algorítmico. Si el equipo que diseña una solución está compuesto mayoritariamente por hombres, es más probable que pase por alto necesidades, usos o impactos relevantes para otros perfiles de usuarios.
¿Un ejemplo? Aplicaciones de salud que no contemplan síntomas específicos de mujeres o asistentes de voz que responden peor a voces femeninas.

Caso real: Amazon y su algoritmo de selección
En 2018, Amazon tuvo que retirar una herramienta de reclutamiento basada en inteligencia artificial que discriminaba a las mujeres. Este sistema, diseñado para automatizar la evaluación de currículums, fue entrenado con datos de contrataciones anteriores, que estaban sesgados históricamente hacia perfiles masculinos, especialmente en puestos técnicos.
¿El resultado?
El algoritmo penalizaba sistemáticamente los CV que incluían la palabra «mujer» (por ejemplo, en “equipo de fútbol femenino”) o que procedían de instituciones mayoritariamente femeninas. Incluso cuando las candidatas cumplían con todos los requisitos, sus perfiles eran puntuados más bajo que los de los hombres.
¿Por qué es relevante?
Amazon, una de las empresas tecnológicas más grandes del mundo, con acceso a enormes recursos de talento y tecnología, no detectó inicialmente que su sistema de IA replicaba los sesgos del pasado. Esto demuestra que muchas organizaciones pueden estar excluyendo talento sin saberlo, simplemente porque no han auditado sus sistemas de selección o sus algoritmos.

La igualdad no es un favor: es una inversión estratégica
Las empresas que avanzan hacia modelos reales de igualdad (no solo formales) logran equipos más cohesionados, mayor retención de talento, y una reputación positiva que atrae tanto a clientes como a candidaturas valiosas.
¿Y tú? ¿Vas a esperar a que el talento femenino se marche antes de actuar?
Desde Xerpa, recordamos que la igualdad no es solo una cuestión ética, sino estratégica. Empresas que utilizan sistemas automatizados sin auditar sus sesgos están no solo vulnerando principios de equidad, sino perdiendo talento valioso que podría aportar innovación, perspectivas diversas y competitividad a largo plazo.
Es imprescindible revisar los procesos de selección con perspectiva de igualdad, asegurar que los algoritmos no perpetúan discriminaciones previas y formar a los equipos en sesgos inconscientes y diversidad.
No basta con atraer talento diverso: hay que asegurarse de que pueda entrar, quedarse y crecer.